CAMBIO ESTRUCTURAL, UNA UTOPÍA



Tal y como decía Calderón de la Barca, "los sueños, sueños son". Y en un sueño llevamos viviendo todos los españoles estás décadas atrás. Vivimos en un sueño del que nunca despertamos y no parece que vayamos a despertar. Estoy cansado de vivir siempre este mismo sueño y engancharme con su luminosidad en cada Eurocopa o en cada Mundial. En un mundo utópico vive nuestra selección. Utopía en el Mundial de EEUU con el partido ante Italia, utopía en Francia 98 con el gol a Zubizarreta, utopía en la Eurocopa de los Países Bajos con el gol de Zizou por la escuadra, utopía en el Mundial de Corea y Japón con el ilusorio partido ante Corea, utopía en la Eurocopa de Portugal cuando la gran marea roja desplazada vio la enésima decepción ante los anfitriones y utopía este verano cuando tras un genial partido ante Ucrania nos creímos los mejores otra vez y fuimos de los peores de nuevo. Y el sueño es tan profundo que nadie acierta a despertarse.

Y continúan soñando en la poltrona de las Rozas. Un tal Ángel María va ya por el vigésimo sueño. Y sueña nuestro seleccionador, pensando que no pasa nada, que la liga esta ganada, como reza el cántico popular. Y sueñan nuestro engreídos jugadores, que piensan que jugar un partido con la selección es como irse por ahí de copichuelas un día. Y sueñan los medios de comunicación, que manejan el mundo futbolístico a su antojo y tienen un nivel mediocre informativo y de debate. Y soñamos los aficionados, pensando que con la llegada de un entrenador nuevo todo va a cambiar y que los jugadores van a volver a sentir ese escudo y esos colores. Yo he despertado.

He despertado y creo haber comprendido todos los males que arrastra lea selección. Que más da que este Zapatones, Lotina , Del Bosque o Victor Fernández, que más da que juguemos con un 4-42 o con un 4-3-3 y que más da que jueguen los jugones o los que destruyen el juego. Que más da todo esto si los que tienen que dar el dó de pecho se hacen los suecos, nunca mejor dicho. Para mí en un partido de fútbol el entrenador y sus ideas son un 20% y los jugadores y su mentalidad son el 80%. Ellos, con unas mínimas pautas, deben saber qué están defendiendo, en este caso a 40 millones de españoles y a unos colores, y que deben hacer para ello. Pero no es la culpa suya. Todo viene de la formación que han recibido de base, que no es buena. Necesitamos un cambio estructural. Desde muy pequeñitos se les debe inculcar una serie de valores y un patrón futbolístico a seguir. Y en este país eso no se ha hecho. Los que dirigen el cotarro se deben sentar y decidir que es lo que deben hacer y cual es el modelo que deben elegir para formar a los jóvenes talentos. Me da igual tiki-taka, toque-toque, jugones, amarrateguis, capellistas. Me da lo mismo ya. Hay que escoger uno en función de las características de los jugadores españoles y llevarlo acabo (Luís no iba mal encaminado, por cierto). Pero esto, requiere tiempo y paciencia. Si se hace bien y sabemos por fin y de una vez por todas a qué jugamos, podremos aspirar a ganar algo en 8 o 10 años. Y espero, tras decir todo esto, no volver a dormirme cuando llegue la próxima cita importante a nivel de selección, si es que llega...