ESPANYOL 2 – 1 REAL MADRID: SIN FÚTBOL NI ESPÍRITU

Mirando más allá del resultado, podemos afirmar sin mordernos la lengua ni rasgarnos las vestiduras que las sensaciones que transmite el Real Madrid no son halagüeñas. Como resumo en el titular, a falta de fútbol, algo perenne en lo que va de campaña, ni si quiera vimos orgullo ni espíritu ganador para sobreponerse a la adversidad. El equipo parece un enfermo convaleciente tras el éxtasis que supuso la agónica Liga del pasado ejercicio. Es débil, sumiso, dócil y no transmite criterio ni rigor futbolístico alguno. Bernardo Schuster no ha aplicado ninguna idea nueva al colectivo y los buenos rasgos del "capellismo" se han ido difuminando con el paso de los encuentros. La alargada sombra de Fabio, imponente, con una Liga en cada mano, impide a Chus ver la luz al final del túnel y encontrar los once jugadores que hagan funcionar la máquina calderoniana de la excelencia y el tiki-taka.

Partidos internacionales y visita al campo de un Espanyol en estado de gracia. El encuentro olía a chamusquina y, sin duda, nos acabamos quemando. La jugada del primer gol españolista resume lo que fue el partido: la potencia y ambición de Riera en el salto de cabeza ante la “atenta” mirada de la indolente zaga blanca. El gol afectó a la tónica general del choque: el equipo de Valverde replegó líneas y le dio el control a un Real Madrid, ayer más que nunca, sin cabeza pensante. Guti fue más Guti que nunca, mientras Sneijder, tras cuajar un buen partido con su selección, mostró de nuevo su peor cara, desterrado criminalmente a la banda izquierda. Sin vías de escape, Raúl fue el harapiento e inoperante jugador al que estamos acostumbrados a ver, mientras que Van Nistelrooy no pudo ni siquiera rematar a puerta. Únicamente el despliegue de Sergio Ramos y los chispazos efímeros de Higuaín mantenían la cara por el equipo. El Espanyol, por su parte, esperaba con paciencia infinita la contra letal que le diera el 2 a 0 definitivo. Luis Garcia, Tamudo, Riera y Valdo mantenían a raya a la defensa blanca, mientras que la zaga españolista, ayudada por el inconmensurable trabajo de Lola y Moisés, hacía lo propio con el ataque madridista.

El 2 a 0 no tardaría en llegar: Tamudo hilaría fino con una preciosa vaselina desde la frontal del área que superó a un descolocado Iker Casillas. Otro Raúl, González, observaba la jugada con la nostalgia de tiempos mejores en los que él hacía esas cosas. El gol animó al equipo de Valverde, que pasaría a buscar con contras y jugadas eléctricas más goles. Schuster, escondido en el banquillo, hacía entrar a los jugadores de siempre quitando a los de siempre: Sneijder-Drenthe, Higuaín-Soldado, Gago-Diarra. Cambios que un niño con un mando de la play y sin nociones futbolísticas haría. Ninguna novedad táctica, ningún método para redefinir el sistema y Raúl impertérrito en el terreno de juego. Nada del otro Jueves. ¿Dónde quedaron el demagógico tiki-taka y la excelencia? El último gol de Sergio Ramos fue maquillaje en una cara purulenta y seborreica. Granos y pústulas que nadie se apresura a extirpar.

Cuando las sensaciones son las de ayer, poco importa la clasificación del equipo en la Liga. Este barco, “El barco de los locos”, rema contracorriente, sin rumbo, sin orgullo y sin visos de mejora. Sigo apostando por lo mismo: 4-1-4-1 con Sneijder junto a Guti en el centro del campo e Higuaín y Robinho (menos condones y más cojones) detrás del delantero sin las ataduras de la anodina y cansada presencia del “7” junto a ellos. Me corroe la ilusión. Me siento idiota.

GOLES

1-0 (Riera) de cabeza a la salida de un córner
2-0 (Tamudo) mediante una vaselina bellísima que superó a Casillas.
2-1 (Sergio Ramos) con un remate estrambótico en el área pequeña.

EL CRACK:

Tamudo: el jugador perico jugo un buen partido y aprovecho su velocidad para poner constantemente en jaque a la defensa del Real Madrid. Su picaresca eterna, su depurada técnica y su olfato goleador se dieron cita al unísono en el minuto 52, cuando el españolista ejecutó una vaselina de salón desde el borde del área, que bien merece la catalogación de crack del partido. Su internacionalidad con la selección esta más que justificada y el propio jugador se encarga de ratificarlo día tras día con goles y fútbol.

PD: El otro día, en una tertulia de la SER, Manolete se calentó tras unas palabras poco decorosas de Manolo Lama y soltó una frase que me dejó temblando: "tu sigues siendo igual de baboso con Raúl y con el que te regala pisos (refiriéndose claramente a Calderón)". Cuando Manolete habla en serio, nunca le hago caso, como el resto de personas en su sano juicio. Pero el contexto desenfadado de la conversación me hace pensar que, sin querer, soltó un bombazo en la cara del antimadridista y antiflorentinista por excelencia. ¿Tan lejos llega el asunto denunciado por Abellán sobre Calderón y su gusto por los pisos de protección oficial? ¿Cuántos periodistas hay en el ajo? Queremos saber.