ZARAGOZA 2 – 2 REAL MADRID: LOS CARDIÓLOGOS HACEN EL AGOSTO MIENTRAS EL MADRID ROZA EL TÍTULO.
Minuto 88 en la Romareda: el Real Madrid perdía 2 a 1 ante el Zaragoza, mientras el Barcelona vencía 2 a 1 al Espanyol, lo que dejaba a los blancos a las puertas del estacazo. Minuto 89: en la Romareda, Van Nistelrooy ponía las tablas en el marcador con un gol de rebote y de corazón, abriendo un hilillo de esperanza para los intereses madridistas. Minuto 90 en el Camp Nou: Gol de Tamudo, poniéndole la Liga en bandeja de plata al Real Madrid, devolviéndole a su vez al lugar que nunca debió perder 4 años atrás.
Si dentro de muchos años tenéis que resumir a vuestros nietos o hijos cómo se cosechó el previsible 30º campeonato de Liga del Real Madrid, uno de los más emocionantes de todos ellos, podríais hacerlo de la manera que os he propuesto arriba. No va más en esta Liga intensa hasta el final, quizás algo mediocre y escasa de fútbol, pero vibrante y atractiva como ella sola. La carambola final en esos 3 últimos minutos de la sabática Jornada 37 deja al Madrid rozando el título con la punta de los dedos, a pesar de que durante muchos minutos en la impactante noche de ayer nos viéramos los madridistas fuera de toda opción a ganar la Liga.
Y es que mucho se sufrió y se sudó en la Romareda para arañar un puntito que nos deja al frente de la clasificación con sólo una jornada por disputar. En una tarde- noche de transistores, de bebida fría y de pincho veraniego sobre la mesa, Barcelona, Sevilla y Real Madrid comenzaban en horario unificado sus tres “finales”. El equipo de Fabio Capello comenzaba con Emerson e Ivan Helguera como mayores novedades en el once inicial, mientras que Víctor Fernández, ante las numerosas bajas, sitúo a Zapater en el lateral derecho y a Chus Herrero en el zurdo. El partido comenzaba con un miedo y un respeto tremendo en ambos equipos, lo que conllevaba a una igualdad en ocasiones, posesión y juego. Mucho centrocampismo y poca fluidez en las bandas era la tónica habitual de los primeros minutos. Sin embargo, esta dinámica la rompió Aimar, un jugador diferente, cuando se internó fulgurantemente en el área madridista provocando mano de Ivan Helguera. Diego Milito sería el encargado de transformar la pena máxima, engañando a Iker Casillas con suma facilidad. El golpe recibido hacía presagiar otra de las famosas remontadas épicas de los blancos, que tenían que remar de nuevo contracorriente para subir al último tren con destino al título liguero. En las postrimerías de la primera parte, Van Nistelrooy tuvo el empate en su testa tras un genial centro de Sergio Ramos, pero César desbarató la ocasión de forma brillante.
Capello, santificado sea tu nombre, reaccionaba como prestigioso entrenador que es tras la nefasta primera parte de su equipo. Un incalificable Raúl dejaba paso a Gonzalo Higuaín, mientras que un inefectivo Emerson era sustituido a su vez por Guti. Los blancos cambiaron las formas radicalmente, pasando a desarrollar un juego menos nervioso y de mayor control de balón. Se esperaba la reacción del conjunto madridista, que llegaría en el minuto 56 mediante, quién sino, Ruud Van Nistelrooy. El delantero tulipán aprovechaba nuevamente un fastuoso centro de Sergio Ramos para batir certeramente a César de cabeza. El gol metía al equipo de Capello en el partido y en la Liga, aunque el empate no servía prácticamente para nada en esos instantes porque el Barcelona se imponía al Espanyol tras el segundo tanto de Messi. Pero tan sólo 8 minutos más tarde, el Zaragoza, tras una maravillosa jugada de “Payasito” Aimar, se adelantaba de nuevo en el marcador por medio de Diego Milito, dejando al Madrid muy lejos de la liga. Quedaba tiempo por delante, pero el gol no llegaba, a pesar de que Higuaín dispuso de numerosas ocasiones para este fin. El equipo no funcionaba, los ataques eran lentos, Beckham se arrastraba por culpa de su maltrecho tobillo izquierdo, Reyes no ofrecía nada novedoso en ataque y Guti no brilló como en otras ocasiones. Pero, cuando la desesperación era más que latente en jugadores y aficionados, se obró el milagro. Tras una serie de rechaces, Van Nistelrooy empujaba en línea de gol la pelota para poner el 2-2 en el marcador. Y mientras los madridistas celebrábamos, aunque con no mucha fe el tanto del holandés, llegaba el delirio definitivo con el gol de Raúl Tamudo (beatificación para el capitán perico) en el Nou Camp. La situación era increíble, insólita, inverosímil. El Madrid daba la vuelta a su ánimo y a sus aspiraciones en tres minutos de oro, de esos que se recuerdan siempre, como los vividos con gol de Alfonso en la Eurocopa 2000 o los últimos minutos de la Novena, cuado Casillas detuvo bajo los palos hasta tres veces el empate del Bayer de Leverkusen. La gloria se sirve en pequeñas raciones de tiempo, y lo vivido anoche confirma esta suposición.
La Euforia, para el próximo fin de semana.
Entendí, aunque no me parecieron correctas las celebraciones de los jugadores madridistas sobre la Romareda al final del partido, fruto de la enorme tensión y presión a la que estuvieron expuestos en la noche de ayer. Cierto es que la Liga está a un paso, pero ese dichoso paso debe ser completado, sino de nada sirve lo de ayer. Para ello, máxima concentración, tensión y preparación para el partido contra el Mallorca de Goyo Manzano, que, como demostraron ante el Sevilla, no están de vacaciones y muchísimo menos están dispuestos a conceder puntos gratis a nadie.
Sin embargo, lo de mi queridísimo Ramón Calderón no merece ni siquiera calificativos. Como si de un niño pequeño se tratase, se echó al césped en un súbito ataque de histeria exacerbada para celebrar el triunfo (para él, “su” triunfo). Yo por presidente del club de fútbol más grande del mundo entiendo: hombre serio y cabal que mantiene la compostura tanto en los momentos difíciles como en los momentos dulces. Pues bien, el lenguaraz palentino (como genialmente lo ha calificado Andrés), no ha cumplido ni cumple ninguna de las dos premisas. Y lo curioso del tema es que tras levantar los brazos y completar casi media vuelta al campo como una cheer-leader en celo, declaraba a la prensa: “Todavía no hemos ganado la liga". Lo de este hombre ha dejado de parecerme desesperante. Ahora sólo me da risa y vergüenza ajena.
Repito: apliquémonos el cuento de la lechera y no celebremos la Liga antes de ganarla…
8 comentarios:
No se si me puedes ver pero me estoy quitando el sombrero ahora mismo por tu "resumen" de la jornada de ayer. Ole...
Solo 2 cosas...
No fueron 3 minutos fueron 18 segundos dignos de cualquier final de Tenerife. El futbol en aquellas 2 Ligas nos hizo una jugarreta (similar al Maracanazo, o la final ManU-Bayern en el Nou Camp) que se clavaron hondo en el madridismo. Y el final de los partidos se ayer... supongo que fue lo que un cule sintio sobre el cesped del Nou Camp entonces...
Y lo del presidente... intenta ponerte en su lugar. Imaginate por un momento que eres presi del Madrid (un poco fuerte no? ;-D) en el minuto 89 tu equipo empata y apenas 20 seg. despues el Espanyol te da la opcion de jugarte la Liga en tu casa.. y no lo puedes celebrar porque estas en el palco del equipo contrario... termina el partido y vas a celebrar con los peñistas y socios de tu equipo esa posibilidad despues del desierto vivido. No quiero ser repetitivo pero prefiero un presi asi que uno que solo salga para decir que somos el mejor equipo del mundo. Eso hay que demostrarlo en el campo.
Una ultima cosa. Tadavia no he visto decir a nigun actual directivo blanco que la mas amable habia sido la señora de los baños (Gaspart) o que esta Liga habia que darsela al Madrid (Orti). Calderon ha metido mucha la pata pero compararlo con algunos personajes me parece un poco... chocante.
Un abrazo!!!
savio, wollen
Doy la razón a uno y a otro.
Héctor: Gracias por la referencia, pero Wollen tiene razón en que Gaspart u Ortí son peores que Calderón.
Wollen: Héctor tiene más razón que un santo. Calderón no tenía nada que celebrar porque todavía no somos campeones. Si quería perder la compostura, debería haberse esperado a cantar el alirón.
Buena crónica Héctor. Estoy de acuerdo con ella.
Abrazos genios
Por cierto Héctor: Calderón quiere convencer a Becks que se desdiga de lo que firmó con los Galaxi mediante una posible cláusula en dichos apuntes contractuales. ¿Crees, como fans del inglés que eres, que eso podría tener marcha atrás y que el británico se quedara?
Un abrazo.
Una jornada de ensueño quien iva a pensar que en el tiempo extra el Madrid, empataba y 18 segundos despues los periquitos como lo he dicho en mi blog daban la cachetada al Barça.
A mí sinceramente me moelstó bastante la actitud de Calderón. Ya lo había vivido con Ortí hace tres años....y no sé qué es peor.
En cuanto al partido, la verdad fue muy igualado, vibrante y final apoteósico para los madridistas y algo decepcionante para nosotros.
Como he dicho donde Andrés, para mi ninguno de los dos fue superior, aunque las jugadas de calidad las puso el Real Zaragoza.
Saludos.
Gran crónica, Savio. Lo de ayer fue casi un milagro.
Es cierto que aún no hemos ganado pero hay quien no se da cuenta. Está claro que es la emoción del momento pero si eres el presidente del Madrid debes controlar esas cosas.Por cierto, que Ortí o Gaspar sean peores que Calderon no quiere decir que éste sea bueno.
@ La quinta
No sé si conseguirá que Beckham se quedé (aunque me gustaría porque siempre me ha parecido un gran jugador) pero está claro que como lo consiga a la mujer del susodicho le da algo!! :P
saludos!
Como cul eque soy te aplaudo tu crítica a Calderon.
Tenéis unos cojones...Que m anera de creer siempre en la victoria, que manera de darse nunca por vencido.
Me jode mucho el perder la Liga, pero bueno, el verano será muy duro, pero me gusta leer a merengues como tu.
Solo una reflexión. Los jugadores y todos, deben hacer como tu. Después de la euforía es muy dificil concentrarse y dar lo mejor de si. En caso de haber vivido mucho euforia, podéis sufrir frente al Mallorca
Saludos
thedigitalgarden.blogspot.com
Otro partido de infarto... dios santo.
El Barça tuvo de nuevo otra oportunidad para colocarse líder, pero la desperdició una vez más, menos mal...
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