28 de mayo de 2007

REAL MADRID 3 – 1 DEPORTIVO: BECKHAM NOS ENCAMINA A CIBELES

Sin querer parecer excesivamente atrevido ni forofo, lo cierto es que tras el partido ante el Deportivo veo a un Real Madrid campeón de Liga, siempre y cuando la dinámica sea la misma que hemos advertido en los últimos encuentros. Y no lo veo ni por su juego, bastante mediocre y apurado en la tarde del Sábado, ni por su trayectoria en la Liga, indudablemente mala sin contar el último mes y medio, ni muchísimo menos porque me fíe a pies juntillas de estos jugadores, que han demostrado con creces su incapacidad en momentos decisivos. Veo un Madrid campeón porque la moral del equipo es compactísima, porque la mentalidad es positiva a más no poder y, sobre todo, porque hay cuatro jugadores que están en un estado de forma fantástico, a saber, Casillas, Sergio Ramos, David Beckham y Van Nistelrooy. Precisamente un jugador por línea del campo (portero, defensa, centrocampista, delantero). ¿Qué más se puede pedir? Y es que el dicho de “la fe mueve montañas” tiene al Real Madrid como paradigma más significativo, como volvió a demostrarse en el partido del sábado. Los duros golpes son estímulos para este equipo.

El encuentro de la tarde del sábado comenzaba con un ambiente enrarecido, ya fuera por el tiempo tormentoso que se vive en la capital, por un exceso de confianza, por la entereza del Deportivo o por la mezcla de todo un poco, que suele ser lo más habitual en estos casos. Los de Joaquín Caparrós plantearon un partido muy inteligente al Real Madrid: presionaron de forma magistral el doble pivote madridista y cerraron adecuadamente las bandas, por lo que el único recurso posible a la hora de construir el juego para el Madrid eran los pelotazos a un Van Nistelrooy muy desatendido en estos primeros compases del encuentro. Esta tónica domino el partido hasta el minuto 30, a excepción de un arreón del Real Madrid en el minuto 10. Fueron minutos en los que el Depor contó con varias ocasiones y acercamientos de peligro que no llegó a concretar. Pero el Madrid despertó de esta pájara con el polémico gol de Sergio Ramos: gran centro de un renacido David Beckham, remate presuntamente con la mano de Van Nistelrooy, confusión general en el área deportivista y gol de Sergio Ramos, de nuevo el más listo de la clase. Tras el polémico tanto, el partido entraba en una fase aburrida dominada por el centrocampismo, y sólo Beckham con dos libres directos y un acercamiento muy peligroso del Deportivo, levantaban el ánimo al partido. De esta forma acababa la primera parte.

El segundo tiempo empezaba de forma similar al primero: el Deportivo salía mucho más metido en el partido, mientras que el Madrid sufría encerrado en su área. Sin embargo, Beckham intentó certificar el triunfo con un espectacular lanzamiento de falta que se estrelló en el poste. Pero de un hipotético 2 a 0 se pasó al empate del Deportivo. El Real Madrid defendió mal una jugada y no fue capaz de despejar correctamente el esférico. De Guzmán centro desde la izquierda y Capdevila remachó en boca de gol, haciendo su enésimo tanto al Real Madrid en su carrera. El gol podía haber minado la moral de los blancos, pero nada más lejos de la realidad. Dos minutos después, Beckham tomaba posición en la banda derecha pegado a la cal, preparaba el esférico, ponía una rosca de escándalo teledirigida a la cabeza de Raúl y gol. De nuevo Beckham daba alas al Madrid, demostrando estar en un estado de forma fastuoso al que se le une una moral y una motivación que ha influido al equipo de forma global. Como dije en el anterior post, es el líder moral de este Real Madrid. Y 15 minutos más tarde, Van Nistelrooy cerraba el partido tras aprovechar un balón que había sido bregado por el capitán Raúl en una jugada iniciada previamente por Robinho. Nuevamente la alegría teñía las gradas de un Bernabéu a rebosar, que no cesó de apoyar al equipo a lo largo del partido. ¿Será cosa del Clavo Ardiendo de Roncero y “Toñín” el Torero y del “Juntos Podemos”? ¡Roncero director de comunicación ya! (Ironía).

En definitiva, el Real Madrid solventó su encuentro con casta y pundonor, al igual que lo hizo el Barcelona con sufrimiento y el Sevilla con una brillantez pasmosa. La Romareda, y ya no hay más vuelta de hoja, dictará sentencia dentro de dos semanas, siendo para el Madrid clara la receta: humildad, tesón y sacrificio, porque de calidad andamos justitos. Esta Liga mediocre engancha de lo lindo…


LOS GOLES:

1-O Sergio Ramos (Minuto 29): el andaluz aprovecha una jugada de confusión en el area que se produjo tras una supuesta mano de Van Nistelroy al rematar un centro de Beckham.
1-1 Capdevila (Minuto 55): el lateral remata a la red un centro desde la izquierda de De Guzmán.
2-1 Raúl (Minuto 57): el capitán cabecea un magistral centro de Beckham desde la derecha.
3-1 Van Nistelrooy (Minuto 74): el pichichi liguero hacía su gol número 23 tras aprovechar un error en el despeje de Coloccini.

EL CRACK:
Beckham: el inglés firmó de nuevo un partido soberbio como ha venido haciendo desde que se recuperó de la lesión. Los centros milimétricos, las faltas sencillamente geniales y, sobre todo, el esfuerzo, el sacrificio y la motivación, volvieron a ser las notas predominantes de su juego, que lanza al Madrid hacia la conquista del título de Liga. Los repito si es menester: Líder moral de este Real Madrid.

21 de mayo de 2007

RECREATIVO 2 – 3 REAL MADRID: CUESTIÓN DE FLOR Y FE


El Real Madrid se acostará como líder una semana más tras cumplir con el complicado partido que a priori suponía la salida a Huelva. Y lo hizo con mucho sufrimiento, a pesar de dominar por completo a un decaído Recreativo de Huelva. Con mucha suerte y grandes dosis de fe, los blancos comandan la clasificación a falta de 9 puntos.

La victoria de ayer demuestra lo que ha sido nuestro equipo a lo largo de toda la liga: irregular. Un equipo que mezcla rachas de buen fútbol, de “Jogo Bonito”, con momentos de indecisión y desconcierto, en los que inexplicablemente y con el resultado de cara, pone el autobús y se echa atrás. Pero si esto nos vale para levantar el campeonato, bienvenido sea. Sin embargo, con Liga o sin Liga, este equipo no debe confundirnos. Sería un error no efectuar la “limpia de corrales” que reclama a voces ese vestuario lleno de vicios y actitudes de moralidad dudosa. La temporada, sea exitosa o no, ha estado llena de errores, problemas internos, situaciones bochornosas y filtraciones interesadas que a mí no se me quitan de la cabeza. Hasta la última jornada, apoyo incondicional al equipo. A partir de ese mismo momento, sea cual sea el resultado, análisis frío y pausado de la situación real del club, sin dejarnos llevar por los forofismos. Este es mi lema.

Comenzaba el encuentro con un Madrid 2º en la clasificación una vez consumada la victoria del Sevilla a domicilio. Los de Fabio Capello debían superar la presión que supone defender el liderato, algo que este equipo no hacía desde Octubre de 2005 con Wanderlei Luxemburgo en el banquillo. Y los madridistas, lejos de mostrar algún tipo de debilidad, asumieron la presión y salieron con confianza y humildad, apoyados por la implacable moral que esta moviéndolo todo en esta recta final de la Liga. Beckham se convertía desde el primer minuto en el referente moral y táctico del equipo, motor de todas las jugadas ante la incapacidad de Gago en el centro del campo. El londinense está en un estado de forma espectacular y es uno de los principales bastiones de la remontada del Real Madrid en este final de Liga, principalmente en el aspecto moral. En mi humilde opinión, cuatro años después de su llegada, se siente el líder de ese vestuario, por encima de un Raúl que manda mucho en la sombra pero que impone poco en el campo y en el vestuario. De las botas del inglés salía el primer gol del equipo blanco. Rosca espectacular desde la banda derecha al primer toque y remate de cabeza de Robinho, que estaba solo en el área pequeña. El gol mataba a los onubenses, que deambularon por el campo viéndose incapaces de recuperar la pelota ante el aplastante dominio de los blancos. Eran los mejores minutos del Real Madrid esta temporada, contando con numerosas ocasiones de ampliar la renta. Pero el acierto no estuvo anoche con los merengues y el marcador era de 0 a 1 tras finalizar la primera parte.

La segunda parte supuso un cambio radical para los intereses del Real Madrid. El equipo se echó atrás, ofreció el balón al Recreativo y decidió especular con el resultado. Pero en un contragolpe fugaz, un Robinho espectacular en la noche de ayer era derribado dentro del área por el portero del Recreativo en una acción bastante infantil. Van Nistelrooy, pichichi del Real Madrid y del Campeonato, transformó la pena máxima engañando al portero. Tras el gol, el buen fútbol y la solidez mostrados hasta entonces se esfumaban por completo y el Recreativo, tras los cambios de Uche y Aitor, se crecía ante las facilidades que le ofreció su rival, que no supo competir en un partido que se tenía que haber llevado de calle mucho tiempo antes. Uche engañaba con un regate mágico a Sergio Ramos y Gago, quienes a la par y de forma inocente, derribaban al delantero dentro del área. Jesús Vázquez (no confundir con el presentador de “Allá Tú”) transformaba el penalti, a pesar de que Iker estuvo a punto de detenerlo. Los miedos y la indecisión se apoderaban del equipo madridista, y Fabio Capello, no supo reaccionar ante la avalancha andaluza. El equipo de Marcelino recibió un subidón de adrenalina con el gol y se lanzaba al ataque a la desesperada para empatar el encuentro. A todo ello se le añadió la lamentable actuación de un Cannavaro que creo que ha dejado de pensar desde hace tiempo en el Real Madrid. De esta manera, Uche, a la salida de un córner, ponía las tablas en el marcador y hacía escapar de las manos de los madridstas la Liga. Era el minuto 41 y el partido ya parecía perdido por completo. Pero Capello cambiaba a un inoperante, desesperante y aturdido Raúl González Blanco, hecho que ya no extraña a nadie, por el argentino Higuaín. Y sería el ex de River Plate el que iniciaría la jugada que supuso la remontada del Real Madrid. A Capello y al Madrid les sale todo. La jugada en sí, de forma gráfica y rápidamente contada fue de esta manera: El Recreativo sacaba un córner, pero la defensa rechazó el balón. Higuaín cogió el esférico desde campo propio, inició una carrera fulgurante hasta el área del Recreativo, aunque perdió la posesión; Beckham, tras una carrera impresionante, tocaba sutilmente el balón hacia Gago, quien en su único momento de lucidez en el partido, asistía a un Roberto Carlos que entraba libre de marca en el flanco izquierdo; el carioca, con más precisión que potencia, mandaba el balón a las mallas haciendo efectiva la remontada del Real Madrid. Suponía quizás el último gran servicio del brasileño para el Real Madrid. Tras el gol, euforia desatada sobre el campo para celebrar la victoria del Real Madrid. Que bien sabe en un principio estas victorias y que mal sientan horas después cuando comprendes la falta de competitividad de este equipo en los momentos claves. ¿Merecerá la pena este sufrimiento?

7 de mayo de 2007

REAL MADRTID 3 – 2 SEVILLA: GOODTIÉRREZ

Guti y Liga: dos palabras que resumen el encuentro de ayer. Ansia de triunfos, ansia de Cibeles, ansia por recuperar el prestigio por parte de los veteranos como Guti y ansia de ganárselo por parte de los noveles como Robinho. Cibeles está hoy más cerca que nunca tras tres temporadas de cuneta. El Madrid me demostró ayer que van en serio a por la Liga, con paso firme y de forma decidida. Y no son "Historias para no dormir" acerca de Cofradías, Clavos y chorradas varias. Es una historia REAL. Capello ha recuperado el crédito y de qué manera. Y a esta recuperación se le añaden, por pura consecuencia o por pura coincidencia, la recuperación de hombres que a priori iban a ser importantes a principio de temporada, como Emerson, Cannavaro…, etc. Por lo que a mi respecta, este técnico y este grupo de jugadores van a tener mi apoyo incondicional hasta el final de temporada. Pero lo que no voy a negar es que en verano voy a volver a ser muy crítico con muchísimos aspectos de este plantel, se gane o no La Liga. Digo esto porque, sin desmeritar a los blancos, tengo muy claro que si ganamos finalmente el título es más por errores ajenos que por aciertos nuestros, debido a que la temporada, de forma global, ha sido bastante deficiente por la parte que nos toca. Aunque se que muchos sufrirían amnesia si se consigue el título liguero, yo no voy a olvidar los tejemanejes, trapicheos, negocios sucios, salidas de tono y mentiras de Ramón Calderón, el despilfarro de Pedja Mijatovic, la encerrona a Beckham en Enero, la desorientación de Capello en 2/3 de temporada, la nefasta temporada (y ya van tres) de Raúl González Blanco… Yo perdono, pero NO OLVIDO.

Dejando atrás esta amplia introducción, pasemos a analizar lo acaecido ayer en el partido en sí. Ritmo, intensidad, fulgor, hambre de victoria. Sevilla y Real Madrid salieron concienciados de que era el último tren con destino a La Liga y pretendieron con todas sus fuerzas no quedar apeados del mismo. A pesar de ello, el partido comenzaba de cara para los de Juande. Los sevillanos acorralaban al Madrid y disponían de la posesión y de las llegadas, comenzando a hilvanar jugadas de mérito mediante Kerzakhov, Puerta y Dani Alves. El equipo de Fabio Capello no llegaba y tampoco tenía la posesión del balón. El único desahogo eran los envíos en largo de Beckham, las subidas de Cicinho y la potencia de Torres. En torno al minuto 25, el Real Madrid adelantaba las líneas y asumía riesgos. Un remate a bocajarro de Diarra y un chut del brasileño Emerson evidenciaban la ligera mejoría en el tramo final de la primera parte. Pero justo después de la jugada de Emerson, el Sevilla daba el primer mazazo, con un auténtico golazo. Balón en largo de Aitor Ocio, dejada de cabeza de Kanoute y remate de volea espectacular de Maresca. Es lo más parecido al gol de Zinedine Zidane en el apogeo del Madrid de Florentino en aquella mítica final de Champions en Glasgow. Con este duro golpe, los blancos marchaban cabizbajos al vestuario.

Tras la intensa charla de Capello en el descanso, los merengues salían confiados en la victoria, en la épica remontada que les colocara segundos a 2 puntos del F.C.Barcelona. La gesta era difícil, pero el problema se facilita cuando se deja atrás el juego mezquino y se apuesta decididamente por la fantasía y la imaginación, representadas en el día de ayer por Guti. Sin embargo, hasta la salida del 14 pasaron 12 minutos de la segunda parte, en los que la dinámica no varió un ápice con respecto al primer periodo, con dominio y ocasiones para el Sevilla. Pero Capello reacciono: un desaparecido, nefasto y fantasmagórico Raúl era sustituido por Guti, mientras que, en un golpe de irracionalidad por parte de Capello, Torres entraba por Helguera para que Cicinho pasará a ocupar el lateral izquierdo. La irracionalidad, por su carácter enigmático en inexplicable, es en numerosas ocasiones la mejor aliada. Y ayer no fue menos. Guti comenzaba su exhibición en su primera aparición: se desmarcaba con un genial movimiento de Poulsen y, con el desmarque de Ruud V.N en mente, dibujaba como si de Picasso se tratase un pase excepcional entre la defensa sevillista, que el holandés no perdonó. Tras el gol, el ritmo no descendía. El Sevilla tuvo el partido en dos ocasiones consecutivas en los pies de Daniel Alves, pero una vez Cicinho y otra vez los pies de San Iker evitaron sendos goles. El partido seguía de poder a poder, pero los blancos tenían la moral por las nubes y eso se evidenciaba en el campo. De nuevo Guti recibió de Cicinho en la frontal del área, templó el balón, levanto la cabeza, puso la pausa, deteniendo el tiempo y agrandando en su mente el escaso espacio que ofrecía la férrea defensa sevillista, advirtió el desmarque de ruptura de Robinho y puso el balón al brasileño por debajo de las piernas de Escudé, el único hueco imaginable. Y Robinho, solo ante Palop, mandó el balón al fondo de las mallas. La euforia destaba a la grada y al brasileño, que se quitó la camiseta sin recordar que ya tenía amarilla, por lo que fue expulsado. Posteriormente llegaría la expusión de Aitor Ocio y el definitivo gol del Madrid. Guti nuevamente abría la defensa sevillista con un cambio de banda a la derecha, donde subía vertiginosamente un Sergio Ramos todo pundonor, cuyo disparo fue aprovechado por Van Nistelroy para, a bocajarro, subir el 3 a 1 al marcador. La euforia y la locura volvía a la grada, en una imagen que ya pocos recordábamos tras las “vacas flacas” del Florentinato. Maravillosa la imagen que aquí adjunto de Beckham subido al palo que sostiene la red de la portería. El Madrid vuela, vuela muy alto y libre. Pero el único punto negro del partido llegaría con el gol de Chevanton de falta directa en el descuento, que da el golaverage particular a los andaluces.

Grande, muy grande lo que vivimos ayer. Desde el partido del Espíritu Juanito del año pasado en el día de los Enamorados no se recordaba algo parecido. Genial Guti, Grande Capello, batallador Beckham, bregador Ramos... Vuelve la lucha encarnizada entre la aristocracia del fútbol español en estas cinco últimas jornadas. Madrid y Barcelona se juegan la vida en cada partido. En mi opinión, la clave esta en el Vicente Calderón dentro de dos semanas.


Posdata: Perdonadme esta última semana sin responder vuestros comentarios y sin visitar vuestros blogs. Estaré dos semanas ausente por los exámenes finales. Avisaré a mi vuelta, amigos. Hasta entonces. ¡Hala Madrid! Os espero.

1 de mayo de 2007

ATHLETIC BILBAO 1 – 4 REAL MADRID: MADRID PLATINO

Aires de bonanza se respiran de nuevo en Concha Espina s/n. El Real Madrid ganó con comodidad y cierto lucimiento en San Mamés, ante un Athletic desdibujado y apático, y sigue pegadito a Barcelona y al Sevilla en la recta final del Campeonato. Y es que va a ser verdad el dicho de “una mentira mil veces repetida se hace verdad”: pocos creíamos e incluso pocos seguimos creyendo La Cofradía del Clavo Ardiendo de Roncero, Toñín el Torero y cia. Pero la recuperación del equipo, al menos en el aspecto moral, es notoria y evidente, innegable a todas luces. ¿Será suficiente la autoestima para ganar el campeonato liguero?

Partidazo por todo lo alto para los aficionados al fútbol el que vivimos el pasado domingo en La Catedral. Clásico entre los clásicos: un Madrid – Athletic con todos los condimentos y condicionantes posibles. El choque comenzó fuerte, un partido de ritmo altísimo, donde los vascos dominaron en los primeros compases al conjunto de Fabio Capello. Las llegadas bilbaínas se sucedían, mientras el Real Madrid se arrinconaba en su área y salía con verdadera velocidad en la transición defensa-ataque. Sin embargo, cuando más favorable para los bilbaínos era el choque, llegaba el primer gol blanco a través de la cabeza de Sergio Ramos, nuevamente. Beckham colocaba la pelota, tomaba tres pasitos hacia atrás y con su ya mítico estrafalario movimiento a la hora de sacar las faltas, ponía la pelota teledirigida a la testa del central andaluz. Como dije el pasado fin de semana: casta de Sergio y calidad de David. El gol abría definitivamente el encuentro; el centro del campo desaparecía por completo: ni pumas ni leones. Este situación desguarnecía la defensa del Athletic y favorecía al juego fusilador de los blancos, que tapan con efectividad sus carencias en el juego. Beckham se erigía como el héroe de la batalla en la banda derecha, secundado por Cicinho. El intrépido brasileño y el inglés se entienden a la perfección, como ya demostraron la temporada pasada hasta que Lopez Caro, condicionado por el carvajalismo, metía a Malulo en el lateral derecho. Y de las botas del carioca llegaría el segundo: buena subida por la banda dercha apurada hasta la línea de fondo y centro pasado a la cabeza de “matador” Van Nistelrooy. El gol puso fin a una primera mitad entretenida y pasional.

En el segundo tiempo, los de Mané intentaron demostrar amor propio para plantar cara a los blancos. Pero el segundo gol de Van Nistelrooy echaba la llave al partido definitivamente. Saque de esquina de Beckham rechaces ingenuos en el área y el delantero tulipán no fallaba, con un nuevo fusilamiento a Aranzubía. Su defensa, sin lugar a dudas, fue el mayor obstáculo del Athletic, además del nefasto planteamiento de Mané. El técnico vasco intentó reaccionar dando entrada tardía a Yeste y a Isma Urzáiz. Sin embargo, los de Capello tenía ya en el minuto 50 el partido dominado por completo y con una situación ideal para el Decreto “Capelliano”: equipo atrás y salidas rápidas. El partido entraba en una fase aburrida, tosca, monótona, donde el Athletic se chocaba una y cien veces contra la muralla blanca, y las pocas veces que lograba traspasarla lanzaba la ocasión al limbo. De esta forma, partido ideal par Diarra y Emerson, que combinaban constantes pérdidas de balón con recuperaciones prodigiosas del mismo. Higuaín y Guti entraban por Van Nistelrooy y Robinho, respectivamente. El holandés necesita ser tratado como oro en paño en este tramo final. Sin el holandés no hay gol, no hay victorias, no hay Liga. Los vascos, en una de sus últimas oleadas, acortaron distancias con un gol de Llorente tras pase de Yeste. El gol produjo el tembleque de la zaga blanca y daba sudor frío a Capello durante tres minutos. Pero ahí estaba Guti para dejarnos un dulce sabor en el paladar con el cuarto del Madrid en el 83`. Pase de un desaparecido Raúl para la fulminante contra del de Torrejón (¿quién lo diría?), que picaba brillantemente el balón por encima de Aranzubía. La imagen posterior, agradable y fiel reflejo del estado de ánimo blanco: beso al escudo y celebración con rabia.

Y antes del partido madridista, Barcelona y Sevilla cumplían sus compromisos con sendas victorias. Intenso final de temporada la que vamos a vivir, aunque los azulgranas siguen dependiendo de ellos mismos y son los claros favoritos de cara al título. Próximo objetivo: Sevilla. Quien pierda dirá adiós al campeonato.